Aquí están los últimos 20 discos que he ido colocando en mi Facebook como "Discos del día". Espero que os exalten lo suficiente como para sentir la pasión por las buenas vibraciones.
The 5 Royales - Dedicated To You (Sing 1957)
Paralelamente a la generación del Rock 'n' Roll blanco, una explosión de músicos negros estaba generando excitantes combinaciones que partían del Blues y del Gospel. Eran jóvenes que habían estado cantando en coros de iglesia y que ya habían coqueteado con el Doo-Wop, por eso estaban intentando sacar algo en claro de la herencia bluesy. Era el R&B que se había instalado en sellos como Atlantic o King y que estaba logrando capturar la atención de los blancos hacia sonidos negros. Los 5 Royales procedían del Gospel, pero ya habían inclinado sus interpretaciones hacia otros bandos. Sus voces delicadas contrastaban con la fiereza propia de R&B, así que podían ser más catalogables como Doo-Wop. Sus trabajos comienzan en el 57 y concluyen en el 59, con dos grandes discos que aúnan canciones mágicas.
Five Man Electrical Band – Five Man Electrical Band (Capitol 1969)
Otro caso de grupo procedente de Canadá que no tuvo la repercusión conveniente debido a la zona geográfica de donde venían. Nacidos en Ottawa, compartieron cartel con The Guess Who, con los que editaron un disco compartido cuando se llamaban The Staccatos (2 Lp's inencontrables, casi). Pero ya con el nombre de Five Man Electrical Band, se hicieron notar con una canción arrebatada contra el sistema político capitalista, "Signs", que fue incluida en su segundo LP, aunque éste es más apasionante en conjunto. Post psicodelia, herencias hippies, tintes de country y un talante de rock con fuerza que puebla un gran LP.
The Acrylic Tones – Above The Streets And Houses (Detour 1997)
El sello Detour ha sido siempre una garantía de revivalismo bien entendido. Una compañía que aglutinó a las jóvenes generaciones de grupos mods a finales de los 80, teniendo muy buen criterio y un gusto exquisito al elegir las bandas que contrataban. Es difícil elegir entre tantos y tantos discos fantásticos del sello, pero uno de los grupos más carismáticos eran estos Tonos Acrílicos, precisamente porque no eran tan recalcitrantes en el aspecto retro de otros de sus compinches. Es cierto que tenían concomitancias con otros grupos mods de aquellos años, pero en sus composiciones se nota un riesgo que los demás no asumían, además de usar un complejo entramado de instrumentos no muy común. Su segundo LP es un compendio de grandes canciones, actitud innegable y estilo.
Como no hay ninguna canción en Youtube de este disco, pongo una perteneciente a un single entre sus dos álbumes.
Eire Apparent – Sunrise (Buddah 1969)
Bajo la batuta de Jimi Hendrix, que les produjo su único Lp, estos irlandeses del norte (la Irlanda ocupada por los británicos) desgranaron un disco de tintes psicodelicos con aromas hard rock y les salió de cine. Como suele ser habitual, la falta de atención por parte del mercado inglés hacia lo que provenía de Irlanda, les dejó en la estacada, pese a haber hecho un disco tan redondo, pero años después ha sido considerado una piedra angular del sonido de aquella zona geográfica y una proeza el hecho de que el propio Hendrix participara en la grabación de dicho trabajo. Avalados por nombres tan importantes como Pete Townshend o Eric Burdon, no pudieron dar más pasos debido al estrepitoso fracaso de su debút. Son cosas que ocurren en el arte y que el paso del tiempo sitúa en su lugar, aunque ¡a buenas horas! dirían los componentes de Eire Apparent, con Henry McCullough al frente (luego en los mejores momentos de los Wings de Paul McCartney). Eran realmente espectaculares.
H.P. Lovecraft– H.P. Lovecraft (Phillips 1967)
Una de las joyas de la psicodelia americana, uno de esos discos con el etiquetado de "imprescindible" para entender y disfrutar aquella escena. Procedentes de Chicago, aunque afincados en San Francisco, liderados por un músico que provenía del folk, George Edwards, toman su nombre de un literato de corte terrorífico que ofrecía en sus obras historias surrealistas y embriagadoras, aunque sórdidas y asfixiantes. Un nombre perfecto para la identidad del grupo.
Pocas bandas hay logrado un disco de presentación tan elaborado, atrayente y con dibujos tan laberínticos de pop enrevesado, cargado de instrumentación.
Con canciones propias y algunas tomadas prestadas (pero absolutamente cambiadas con respecto a las originales), lograron algo irrepetible en el género más libre de ataduras sónicas que jamás haya dado el rock.
Tony Hazzard – Loudwater House (Bronze 1971)
Músico de Liverpool que estuvo relacionado desde muy joven con las bandas locales, Searchers, Gerry & The Pacemakers y los mismos Beatles. A principios de los 70 giró con Elton John (cuya primera época era mayúscula) y logró la ayuda de Chris Spedding, B.J. Cole y otros músicos reputados de la escena británica. Su primer LP fue bueno, pero su segundo trabajo está a la altura de los grandes singer songwritters ingleses, caso de Cat Stevens, Al Stewart o Leo Sayer, aunque un poco menos accesible para el gran público, por eso sus discos quedaron consternados para minorías. Mezclando algo de folk a la Fairport, sonido de Pub como los primeros tiempos de Rod Stewart y ambientes similares a Van Morrison, este LP es pura magia. Hasta incluso hay reflejos de Honeybus.
1910 Fruitgum Company – Simon Says (Buddah 1968)
De la mano de los productores Jerry Kasenetz y Jeff Katz, una serie de grupos en el sello Buddah inventaron la etiqueta Bubblegum Pop, o lo que es lo mismo, sonido chicle. Eran grupos jóvenes con chispazos de pop irresistible, estribillos memorizables y ráfagas tremendamente comerciales (pero comerciales en bien, se entiende). Bandas como Ohio Express (se intercambiaban miembros con estos 1910 Fruitgum Co.), Syndicate Of Sound, Lemon Pipers o Music Explosion. Estos fueron los casos más flagrantes de músicos que ponían su imagen pero que en los estudios de grabación eran otros los que participaban en los discos, músicos anónimos que no paraban, igual estaban sustituyendo a los Beach Boys como a cualquiera de los componentes de los grupos antes citados. Pero no nos vamos a poner puristas; el hecho es que las exuberantes canciones de aquellos discos pasan los años con eficacia y, al fin y al cabo, quienes permanecen perennes son el dúo Kasenetz Katz, los verdaderos talentos de todo este aparato logístico/sónico. ¿Se puede resistir alguien ante canciones como ésta?
Count Five – Psychotic Reaction (Double Shot 1966)
Condecorado con la imaginaria medalla de ser el disco referente del Garage, estos cinco jóvenes de San Jose, en el estado de California, sólo entregaron esta obra cumbre del género y no tuvieron ningún interés en continuar. Inspiradores de miles de grupos, incluso a toda la generación punk, gracias al emblemático "Psychotic Reaction", un trallazo que combina todos los estímulos garageros con atisbos de psicodelia. Pero no es una canción aislada, ya que todo el LP resulta redondo, con alguna versión adaptada al mundo americano ("My Generation" por ejemplo). Nadie se explica el hecho de que ninguno de sus componentes siguiera afiliado a la música tras el LP y varios singles (que ya no fueron tan corrosivos, inspirándose algo en el Bubble Gum).
Bobak, Jons, Malone – Motherlight (Morgan Blue Town 1970)
Uno de los mejores proyectos de psicodelia inglesa era el formado por estos músicos militando en The Orange Bicycle, aunque fijo de la banda sólo fuera realmente Will Malone. Los Orange no tuvieron demasiado impacto, su sonido era reflejo de la influencia de sus coetáneos Pink Floyd o Tomorrow y, aunque poseían talento y grandes canciones, acabaron separándose tras un fantástico disco. La segunda intentona de estos músicos caminaba por devaneos post-psicodelicos logrando ambientes relajados y mucha ternura melódica. Tampoco gozaron de la brizna de suerte que requieren estas formas musicales, así que este pastel preciosista y tenue pasará como otra joya a engrosar el baúl de la injusticia artística.
Trees – On The Shore (CBS 1970)
Cuando Joe Boyd descubrió el potencial de la música folk británica e irlandesa y su confluencia con el rock, muchas cosas dieron la vuelta en las islas. Desde Edimburgo, Newcastle, Dublin o el mismo Londres comenzaron a emerger grandes bandas con voces femeninas (en su mayoría) trasladando la música tradicional hacia lugares comunes con el rock. Fairport Convention, Incredible String Band, Steeleye Span, Pentangle o estos mismos Trees, que comienzan su andadura con éste LP; otro de esos ejemplos de cómo el folk establece un parámetro de entrada para el público juvenil de principios de los 70. Melodías entreveradas con tratamientos de guitarras acústicas, instrumentación barroca y mucha intensidad para un disco sin fisuras que muestra el estado anímico de un fenómeno de recuperación del pasado trasladado con virtuosismo al presente. Trees, además, tenían una vena pop de la que carecían la mayoría de otras bandas del género, con lo que sus canciones ganan en consistencia pasados los años.
The Popguns - Snog (Midnight Music 1991)
El pulso febril de las guitarras de este grupo proveniente de Brighton, fue el recurso del sello discográfico para establecer un estilo sónico ubicado en la Inglaterra indie de principios de los 90. Anteriormente, sus compañeros en la escudería de Midnight (Robyn Hitchcock o Jazz Butcher los más destacables) eran una rara avis en la temática del pop británico de aquellos años. Con la irresistible voz femenina de Wendy Morgan y las guitarras desenfrenadas de Simon Pickles y Greg Dixon, sus dos primeros LP's eran sendos trallazos que excitaban al tiempo que propulsaban emociones rápidas y fogosas. Siguen sonando totalmente modernos aquellos discos, más incluso que los dos siguientes, que mostraban el ocaso de una gran banda de pop energético.
The Rainbow Press – There's A War On (Mr. G Records 1968)
El primero de los dos discos que este grupo del área neoyorkina publicó. Una excelente combinación de psicodelia y garage con bastante implicación política y un engranaje de guitarras realmente excitante. A pesar de que fueron conocidos por sus conciertos catárticos, en estudio se relajaban bastante y encontraban un equilibrio entre los estertores sonoros de aquella generación y los ambientes más melódicos que bañaban sus canciones. La portada fue un logro añadido que, dicen las malas lenguas, inspiró a los mismísimos Jethro Tull para la idea del "Thick As A Brick"; aunque yo, sinceramente, no lo creo (sospecho que ni los conocían).
Eggs Over Easy – Good 'N' Cheap (A&M 1972)
Pese a la idea que se tuvo de ellos, esta banda de pub rock, de sonido totalmente británico, provenía de los Estados Unidos. Sus cinco componentes tenían una fijación por un ambiente determinado de Inglaterra, aunque fueran americanos. Para ello se dirigieron a Londres y se afincaron en el barrio de Kentish Town, al norte de Camden, con un buen cargamento de canciones y ganas de producirlas en un estudio londinense. Antes de ello se labraron una buena reputación en los circuitos de pubs de la zona y acapararon la atención de la prensa en el incipiente fenómeno del sonido de pub, con Brinsley Schwarz como seguidores incondicionales. Con un excelente repertorio de más de 100 canciones, su futuro era halagüeño y esperanzador pero, por motivos personales, la banda se fue agotando y acabó regresando a los USA, teniendo incluso un flamante contrato discográfico y todos los beneplácitos de la prensa. Con un guiño al pintor Hopper en la portada, el disco apareció cuando el grupo había dejado de existir, así que las fantásticas críticas y que años después se haya convertido en un referente del género, no les sirvió para nada. Igual es que eran unos desagradecidos (es broma). Ahora en serio: UNA OBRA MAESTRA MAGNÁNIMA.
Larry Williams – Here's Larry Williams (Specialty 1959)
La energía que trasladó este hombre a finales de los 50 era sólo comparable a la que también poseía su paisano Little Richard. Desde luego, la magia que destilaba la ciudad de Nueva Orleans se patentizaba en este animal escénico, gran compositor y febril vocalista. Su primer álbum fue un torpedo de adrenalina que aunaba espíritus negroides con brutalidad y sin tapujos. Inspirador del sonido beat británico (Lennon le adoraba), su primer trabajo es una explosión de júbilo sonoro difícil de superar, con barbaridades como "Dizzy Miss Lizzy" o "Bony Maronie". Uno de esos discos para el legado del sonido de New Orleans.
The Friends Of Distinction – Whatever (RCA Victor 1970)
Los grupos vocales negros procedentes del la zona sur de california tenían una deslumbrante forma de concebir el soul. Como sus principios activos eran mucho más diáfanos; para entendernos, eran más felices que sus hermanos de raza en el sur o en el este; el concepto de canciones era más dinámico y, a la postre, más optimista, incluso poseía un tono casi hippie (véase The 5th Dimension). Harry Elston y Floyd Butler, los creadores de estos Friends Of Distinction, fueron miembros de la primera época del grupo de Ray Charles, así que se movían con soltura en el show business. Con la ayuda femenina de Jessica Cleaves y Barbara Jean Love edificaron una serie de discos aterciopelados de soul con mucho pop y arrebatadas melodías. Cosecharon cierto éxito en sus dos primeros discos, aunque el más sobresaliente sea el cuarto de ellos, cuando estaban a punto de abandonar. En sus últimos años se acercan a las producciones de Filadelfia, sin caer en manierismos disco. El toque californiano les da un punto extra, por si fuera poco.
Bryn Haworth – Sunny Side Of The Street (Island 1975)
Existió en la primera mitad de los 70 toda una generación de músicos pop británicos que descendían de grupos psicodelicos, aunque sus pretensiones habían cambiado, logrando una ecuación melódica más digerible por el gran púbico, sin caer en la vulgaridad. Parejo a Elton John, Al Stewart, Gerry Rafferty o Rod Stewart, Bryn había estado en los últimos tiempos con Les Fleur De Lys, una extravagante banda de pop ácido, con grandes canciones e impecable actitud post-mod, pero sus discos en solitario le muestran más relajado, con espíritu folk y ambientes cristalinos. Su segundo álbum es reflejo de todo lo dicho, un LP cargado de emotividad, canciones fácilmente tarareables y un sabor final muy estimulante. A Bryn sólo le faltó tener un poco de éxito, algo que podría haber tenido valorando sus discos, pero la suerte le fue esquiva. Conviene recordarlo.
Ultimate Spinach – Ultimate Spinach (MGM 1968)
Constatado que los focos de la psicodelia americana estaban localizados en California, también otros lugares de los USA destacaban con grupos excitantes al mismo nivel que sus homónimos de la Costa Oeste. Además de la gran urbe neoyorkina, cuyas inclinaciones al sonido ácido eran más crudas, existía un movimiento complementario en Boston, una de las ciudades más cultas de América. Aquello se denominó Bostown Sound y capturó la atención de los más selectos gracias a nombres como Orpheus, Peanut Butter Conspiracy o Beacon Street Union; sin embargo, los más creativos eran Ultimate Spinach, una banda liderada por Ian Bruce-Douglas, que componía todo el material, y Barbara Hudson, que tocaba la guitarra y ponía voces. El sonido de su primer LP tiene concomitancias con Doors, West Coast Pop Art Experimental Band o Jefferson Airplane, pero el sentido del humor, típicamente de New England y el tono distendido de las melodías, sitúan a la banda en un status muy personal.
Kensington Market – Avenue Road (Warner Bros. 1968)
Pese a toda la aureola cultista de Montreal o Quebec, posiblemente fomentada por el nacionalismo (en este caso) absurdo francófono, la ciudad de Toronto es la más apoteósica de Canadá, la Nueva York del norte, la que más grupos ha dado y la que más oferta artística ha tenido, desde siempre. De allí salieron The Band y con eso está casi todo dicho, pero precisamente en la zona de Cabbage Town, el barrio hippie de Toronto, eran Kensington Market, un grupo con alto contenido pop que bebía de las fuentes de los Beatles o Badfinger, pero con el estilo propio de Norteamérica. Sus dos Lp's eran sensacionales, por su sensibilidad melódica y su impecable instrumentación; dos discos de los que se suele hablar con la etiqueta de imperecederos. El mejor, por poco, era el primero.
Freddy Cannon – The Explosive! Freddy Cannon (Swan 1960)
Los italoamericanos fueron un pilar importantísimo en la música americana de principios de los 60. Gran parte de la culpa de la agilidad del Doo-Wop venía de ellos. Frederick Anthony Picariello era un muchacho universitario de la zona de Boston que estaba bastante alejado del meollo del Bronx, pero tenía una capacidad pasmosa para embriagar con canciones dotadas de una alegría inusitada; sus actuaciones en las college parties de aquella zona se hicieron notar y, lógicamente, consiguió un suculento contrato discográfico que le llevó a grabar infinidad de singles (la mayoría de éxito). Su primer Lp es una consecución de trallazos de pop teen imparables, pera vitalidad y energía con una fijación especial al retratar con canciones ciudades simbólicas de los USA. Es éste primer álbum habla de Boston (su hometown), Kansas, Saint Louis, New Orleans, Tallahassee, Carolina, California, Indiana y algún lugar más. Es un disco perfecto para sentirse adolescente eterno.
Morning Glory – Two Suns Worth (Fontana 1968)
Uno de esos grupos cuyo único disco no tuvo trascendencia, aunque sí merecimientos para ello. Californianos, ensamblados en el epígrafe psicodelico, tenían mucho que ver con Mamas & The Papas, Spirit o Jefferson Airplane. No eran tan poppies como Mamas ni tan ácidos como Jefferson, las coincidencias estribaban en la dualidad vocal masculina femenina. Básicamente el trabajo duro lo realizaba Bob Bohanna, bajista y guitarrista rítmico, que también tenía su aporte vocal. Como ocurrió en aquellos días ante tanta marejada de grupos del género, su LP no tuvo ningún tipo de repercusión y han sido las más recientes generaciones de críticos quienes han alabado su creatividad. Otro caso flagrante de injusticia artística.
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