Y resulta que el libro gustó, se hicieron tres tiradas (de las cuales sólo percibí emolumentos de la primera, ya sabemos cómo se las gastan las editoriales) e, incluso, se me presentó la posibilidad de hacer una segunda parte. Desde luego hay material para hacer esa segunda parte y varios cientos más, por lo que decidí usar las redes sociales, a pesar de que prefiero, con diferencia, el papel impreso y la obra tangible; pero así tenía la posibilidad de ir poniendo discos sin límite, más o menos uno al día.
Y eso es lo que os presento aquí. Veréis que literariamente no está tan elaborado como lo que escribo en papel, pero lo importante no es lo que digo, sino los discos y la música que aparecen aquí reseñados. 69 discos que, como decía Gainsbourg, el número tiene tintes eróticos, que no viene mal en un mundo tan manipulado por los medios como el que nos está tocando vivir.
Las portadas son las originales de vinilo y en todos los discos hay un enlace para que podáis haceros una idea del sonido (menos en uno, que no ha habido manera de localizarlo por Internet, lo cual, lo reconozco, me alegra; no todo debe estar baja la supremacía del gran hermano en el que se ha convertido la red).
Buenas vibraciones!!
1- Paul Parrish - The Forrest Of My Mind (Music Factory 1968)
Sunshine pop con tintes psicodélicos. Incomprensiblemente nunca fue reeditado ni en vinilo ni en Cd éste delicioso disco de canciones con voz trémula y delicada orfebrería en arreglos de cuerda y viento. Una excitante combinación del sonido californiano regentado por Millennium & Co y personajes intimistas británicos, al estilo de Nick Drake, Donovan o Ralph McTell. Magia!
2- Dave Clark Five - Return! (Epic 1964)
A pesar de ser un grupo británico (muy británico, vamos) la discografía de DCF más completa es la americana, ya que en los States tuvieron una repercusión tremenda y las ediciones en vinilo contienen más temas que las inglesas. Este fue su segundo LP, un disco radiante de beat implacable, con gemas como ésta. Nunca tuvieron el reconocimiento que se merecían, eclipsados por Beatles, Hollies, Kinks o, incluso, Herman's Hermits, pero discos como éste regurgitan el pulso febril del sonido mersey con una pasión innegable.
3- Clarence Carter - This Is Clarence Carter (Atlantic 1968)
Deep soul al más puro estilo Atlantic de la mano de un cantante ciego, poderoso y enérgico. Nunca pudo estar en la élite de su generación por su condición, pero estaba a la misma altura que Otis Redding o Arthur Conley. Tuvo algunos amagos de éxito con canciones como "Patches", pero en en éste, su primer LP, redondea un repertorio fascinante, con canciones impregnadas de ritmo y temas donde se despliega su garganta con melodías rebosantes de dulzura.
4- Wanda Jackson - There's A Party Goin' On (Capitol 1958)
Adrenalina y temperamento para ésta mujer, que comenzó siendo una jovenzuela del country y acabó generando terremotos de rock 'n' roll. De alguna forma, sus gritos y sus febril forma de interpretar pudo suponer influencia en los británicos, años después. Su tercer LP es un trallazo irresistible de rock sin adulterar y, aunque en sus actuaciones se contenía lo suyo (hablamos de los 50), en estudio era una bestia parda, además de treméndamente erótica. En vídeo que adjunto es una canción del disco, algo más comedida que en la versión del LP, pero igualmente abrasadora.
5- The Gordian Knot - The Gordian Knot (Verve 1968)
En consonancia con el ambiente lisergico del sur de California, pero irradiado de creatividad pop, éste grupo sólo publicó un disco. Una gema de sunshine pop con canciones contagiosas y llenas de inspiración. Al estilo de Millennium, Colours o, en ciertos momentos, Love.
Un pedazo de pastel exquisito para paladares suaves. Una rareza para el sello Velve, desde luego.
6- Jim Capaldi - Oh How We Danced (Island 1972)
El primer disco en solitario del batería de Traffic, que se desmarca del sentido progresivo post psicodélico de su banda, para marcarse un trabajo de orfebrería soul y muy emotivo.
Capalde era un músico increíblemente creativo, capaz de combinar en sus discos en solitario ambientes diametralmente opuestos del sonido sesudo inglés de aquellos años.
Enorme LP de sentimientos cálidos y canciones con romanticismo sensual.
7- Emitt Rhodes - Emitt Rhodes (Probe 1970)
Recién salido de las huestes de los radiantes Merry Go Round, Emitt era un brillante compositor de pop a lo McCartney que nunca tuvo la consideración que merecía. Sus discos son robustas piezas de frescura melódica que te hacen la vida más feliz. La conexión Beatles es tan evidente como honesta, por ello cada uno de sus discos (especialmente, éste, el primero) están regados de canciones casi perfectas.
8- P.F. Sloan - Songs Of Our Time (Dunhill 1965)
Neoyorkino afincado en California que coqueteaba con la escena surfer de Los Angeles y que se dedicaba a componer pequeños tesoros para grupos coetáneos. Su primer LP como intérprete es un hallazgo de dimensiones monumentales, a partes iguales herencia Dylan, pulso Beatles y letras causticas y descriptivas. Poblado de singles eternos, con algún clásico que luego reinterpretara Barry McGuire, no hay ni una sola fisura en este magistral LP.
9- Sir Douglas Quintet - Mendocino (Smash 1969)
El inconmensurable Douh Sahm, tejano de nacimiento, texicano de corazón y sanfrasciscano de adopción, tenía una fantástica idea de cómo aunar hippismo, soul, caracteres mexicanos fronterizos y tintes sureños en una serie de discos imprescindibles para entender el fenómeno tejicano, la fusión de personalidad americana con los mal llamados "espaldas mojadas", que imponían una identidad a la zona. Doug montó su grupo en San Francisco, atraído por la cultura del "movement" y facturó unos discos gloriosos, especialmente su tercer LP., que no tiene desperdicio y que aventura, por primera vez en la historia del rock, un entrelazado de culturas sónicas.
10- Fairfield Parlour - From Home To Home (Vertigo 1970)
La mala suerte se cebó con ésta banda de pop psicodelico inglés cuando se llamaban Kaleidoscope (no confundir con el grupo americano del mismo nombre liderados por David Lindley). Tras dos auténticas obras de insigne valor, decidieron cambiar su nombre y siguieron probando fortuna, aunque con el mismo mísero resultado. Es curioso que cuarenta años después, todo su legado haya sigo situado en su justa medida y sean tan valorados como Syd Barrett, con el que compartían búsquedas en planetas lejanos, aunque la música de Fairfield Parlour era, indudablemente, más paladeable. Nadie sabe hasta dónde hubiera llegado el gran talento de Peter Daltrey-Kaleidoscope si hubiese tenido la oportunidad.
Magnánimos!!
11- Tony Joe White - Black And White (Monument 1969)
Vocalista trepidante y compositor de canciones que aunaban soul y rock a partes iguales; con sabor pantanoso y sureño. Arengas sexuales y voluptuosidad que convertían su personalidad en un animal sexual, musicalmente hablando. Es muy difícil elegir entre sus primeros discos cual de ellos es el mejor, pero aquí encontramos gemas como "Soul Francisco" (qué título!!) o la impresionante "Pork Salad Annie". Un blanco con tiznes negroides.
Para echarse a temblar y retozar por el lodo pantanoso de la música americana.
12- Jellybread - First Slice (Blue Horizon 1969)
La escena blues de Londres, capitaneada por John Mayall y generada en sus comienzos por el skiffle de Alexis Korner, alcanzó un exponente excepcional con Jellybread, grupo de un sólo y brutal álbum que se escapaba del contexto riguroso del blues para adentrarse en sensibilidades paralelas a lo que en su momento hacía, por ejemplo, Al Kooper. Con la producción impecable del ínclito Mike Vernon, el combo liderado por Pete Wingfield se exprimió en un único LP tan esplendoroso como ignominiosamente olvidado.
Estremecedor, desde el primer surco.
13- McGuinness Flint - McGuinness Flint (Capitol 1971)
De las cenizas de bandas implicadas en proyectos junto a John Mayall o Manfred Mann surge la formación base que sustenta la creatividad de dos escoceses llamados Benny Gallagher y Graham Lyle, alejados del estigma bluesy y cercanos a conceptos de pop cristalino y efusivo, muy relacionados con la escena post-Beatles de gente como Badfinger o Blue.
Este es un disco altamente paladeable que contiene algunos estribillos contagiosos y un poso final cargado de entusiasmo y, porqué no decirlo, también de cinismo británico (de ahí la portada y su canción más emblemática).
Píldoras pop para corazones sensibles.
14- The Jim Carroll Band - Catholic Boy (Atco 1980)
Luces de neón, asfalto, alcantarillas humeantes, jeringuillas y soledades sin respiro. Nueva York es una ciudad con nueve millones de historias; muchas de ellas colmadas de ansiedad y desasosiego. Jim Carroll era un escritor del underground reconvertido a músico, en la misma constelación de Lou Reed y Elliott Murphy, pero con la poesía mundana de quién fue capaz de escribir una obra maestra como "Basketball Diaries". Su primer Lp es un sortilegio de tensiones sesgadas sin esperanza, una serie de odas a la desesperación y escenas cómplices al Greenwitch Village desolador de los mártires de la heroína.
Sin aliento.
15- The Outsiders - Time Won't Let Me (Capitol 1966)
Adalides de la generación garage americana de mitad de los 60, éste grupo nativo de Cleveland eran, realmente, una banda de pop adolescente con influencia soul, por lo que su supuesto gamberrismo escénico no era sino una faceta tópica de los teenagers estadounidenses de aquellos años. Pero éste LP, su primer trabajo, es tremendo y la canción que le da el título al mismo es irresistible, tanto por el riff de guitarra como por el estribillo, del todo arrebatador. Pero no es la única, todo el disco está plagado de pequeñas maravillas.
16- Shirley Brown - Woman To Woman (Stax 1974)
Música negra calorífica y tórrida desde el corazón de Memphis, con unas pulsaciones que sólo podía obtener gente como Al Green. Fue un disco tardío, ya que ella comenzó su carrera bastantes años antes y, además, significaba una vuelta al sonido antiguo del sello; todo ello significó un bajo nivel de ventas, el sonido negro caminaba por entonces por territorios funk y este LP es absolutamente soul, sureño además. Pero es tremendo, como ella, un torbellino vocal y sensual de calibre 100.
Para derretirse. "Stay With Me, Baby"
17- Orpheus - Orpheus (MGM 1968)
En plena efervescencia del sonido californiano, desde muchos lugares de los Estados Unidos, se perfilaban escenas aparentemente similares a lo que se estaba catapultando al mundo desde San Francisco y Los Angeles con esa algarabía de sonidos, imagen y postulados libertarios. Justo es reconocer lo que se gestaba en ciudades de corte atrevido como Boston, una de las más liberales del país. Allí se creó el Bostown Sound, con grupos como Ultimate Spinach, Beacon Street Union y, especialmente, Orpheus, los más exagerados en ambientar de forma barroca sus canciones y los más olvidados de aquél sub-género, al otro lado de USA, una distancia realmente considerable.
Orpheus grabaron tres LPs reales y un cuarto de retazos que quedaron pendientes; su exuberante forma de entrelazar la instrumentación, sus producciones atrevidas y la exquisitez de sus melodías los eleva al altar de los elegidos para sólo unos pocos privilegiados. Unámonos, pues, a ellos.
18- Bert Sommer - The Road To Travel (Capitol 1968)
Perteneciente a la última etapa de The Left Banke, la angélica voz y la trémula forma física de las canciones de Bert Sommer, eran una brisa de sonidos aterciopelados en un mundo rugoso y eléctrico. Su primer Lp recoge una serie de composiciones que alcanzan niveles de lisergia lírica inolvidables y, ciertamente, inigualables. Comparado a menudo con los tiempos psicodélicos de Donovan, Bert cuenta con un postulado divergente al del escocés, menos político y más ensoñador, como buscando parajes de escapismo en un mundo controlado, en ese momento, por sustancia perturbadoras. Siguió su carrera años después con otro par de bonitos discos, actuó en Woodstock, el festival agónico del hippismo, el canto del cisne de toda una maravillosa generación. Pero nada igualó aquella exhibición de música celestial.
19- R.B. Greaves - R.B. Greaves (Atcop 1969)
Otro extraño caso de músico de un sólo hit; Greaves, nativo originario de la Guayana británica, nació en el seno de las fuerzas aéreas y se crió entre indios seminolas, todo muy bizarro, como se puede ver, pero tenía una capacidad innata para cantar, además de una imagen impecable, al estilo de Sam Cooke, su inspiración. Su único LP, editado para la subsidiaria de Atlantic, grabado durante su estancia en Inglaterra, tuvo una serie de canciones que estaban a medio camino entre el Northern Soul y el Deep Soul, pero eran tremendas, todas ellas, a pesar de que sólo consiguió el éxito con la flamante "Take A Letter, Maria". Muchos años después volvió a intentarlo con otro LP, pero ni de lejos llegó a emular esta pequeña obra de arte.
20- Dulcimer - And I Turned As I Had Turned As A Boy... (Mercury 1971)
Pertenecientes a la generación folk que electrizó ese sonido y lo cauterizó con herramientas psicodélicas, Dulcimer eran mucho más suaves que sus congéneres, es decir, no se mostraban tan tradicionales como Steeleye Span, tan ácidos como la Incredible String Band, tan rudos como Fairport Convention, tan místicos como Tir Na Nog ni tan ortodoxos como Amazing Blondel, además no poseían voz femenina, que es lo que se llevaba para este tipo de música. La forma de interpretas su ambientes acústicos era estremecedora y contrastaba con las voces, realmente sofisticadas.
Curiosamente, a pesar de ser británicos, su disco oficial más completo es ésta edición americana, aunque ahora se ha reeditado un glorioso álbum perdido anterior de ellos también en vinilo.
21- Tangerine Zoo - Tangerine Zoo (Mainstream 1968)
Otro caso de banda proveniente de la escena garage americana que se deja tentar por la psicodelia. De las cenizas de The Ebb Tides, en el corazón de Boston, surgen esos discípulos de la escena ácida californiana, manufacturando dos espléndidos Lp's antes de dar un giro hacia el rock de herencia Beatles en su última encarnación, Wadsworth Mansion. Tres formaciones de corte distinto y tesitura casi antagónica, pero deleitables todos los discos que hicieron. En todo caso, yo me quedo con el LP homónimo de Tangerine Zoo, un hallazgo de dimensiones protozoicas, repleto de amebas sónicas, requiebros lisérgicos y parajes metafóricos, musicalmente hablando.
22- Audience - The House On The Hill (Charisma 1971)
Es realmente difícil ensalzar ciertos discos de música progresiva inglesa sin caer en los manierismos que circundaban éste sonido, casi siempre complicando demasiado las melodías y buscando vericuetos tan enrevesados como superfluos, incluso pretenciosos o fastuosos; pero algunos grupos escapaban a ese cliché, gracias a su pasado psicodelico o sus raíces folk. Algo así le pasaba a Audience, el grupo capitaneado por Howard Werth, que hizo varios Lp's cargados de parafernalia progresiva, pero con mucha clase. El mejor de todos es su tercer álbum, en él veréis concomitancias con lo mejor de King Crimson, bastante del sonido Canterbury y unos arreglos que puede colocarlos en el mismo ámbito de Van Der Graaf Generator. Un disco enorme.
23- Quireboys – A Bit Of What You Fancy (Parlophone 1989)
Pongámonos ligeramente macarras y cambiemos la tónica de los discos que he estado poniendo desde que comencé esta sección. Quireboys debutaron con este trallazo de rock descarado y de claras influencias R&B, como aspirando los efluvios que habían dejado los Faces o los Stones de Mick Taylor. Un disco redondo que, desgraciadamente, no tuvo la continuidad brillante que de ellos se esperaba, seguramente debido a situaciones demasiado etílicas en el seno de la banda. De cualquier forma, éste LP es espectacular y demuestra que no sólo los Black Crowes son capaces de emular los gloriosos momentos de Rod Stewart y sus secuaces. Por favor, no comparar con los payasos de sleazy americano (ya sabéis a quienes me refiero).
24- Mitch Ryder - Detroit (Paramount 1971)
Aunque éste LP fue editado sólo bajo el nombre de Detroit, ahí se escondía la personalidad de Mitch Ryder, un soulman de ojos azules, como llaman habitualmente a los blancos de alma negra, junto a un guitarrista excepcional como Steve Hunter, que estaba colgado con Lou Reed y la Velvet Underground. Tras una serie de discos de ritmos negros y un trabajo algo más relacionado con el rock (The Detroit-Memphis Experiment) se lanza directamente a revisitar el sonido de su ciudad, la que dio a luz a Stooges, MC5 o los Amboy Dukes y se marca este disparo adrenalínico con su característica voz rota. Pese a contener temas propios realmente importantes, destaca la versión callejera y sucia de "Rock and Roll", la canción del "Loaded" de la Velvet, que inspiró años después, fijaos por dónde, al propio Lou Reed para grabar su disco en directo "Rock and Roll Animal", ayudándose de Steve Hunter.
25- Koobas - Koobas (Emi 1969)
El sonido postrero de las generaciones mods que se estaban vinculando a la psicodelia, como hicieran maestros de la talla de Who y Small Faces; lo que llevaba a una nueva forma de ver el sonido modernista en una Inglaterra cambiante que ya no sólo exportaba música a los americanos, sino que estaba también importando cualidades estéticas y sonoras a el ambiente magnificado del Swingin' London. Koobas provenían de los fenomenales Roulettes, un combo tremendamente beat que se había dispersado tras varios singles imponentes. El único Lp que sacaron era bestial, variado y sorprendentemente jugoso.
26- The Spencer Davis Group - Their First LP (Fontana 1965)
A pesar de que su primer disco es el que menos clásicos contiene, donde no encontramos esos singles claros que hicieron temblar las salas atestadas de mods a mediados de los sesenta en la colorista Inglaterra, Steve Winwood ya mostraba el feeling de su voz, inspirada en los cantantes negros, el R&B y el atrevimiento arrogante de la juventud del Swingin' London. El primer LP de SDG es un disco compacto, donde no hay temas que destacan sobre otros, es muy homogéneo en sí mismo y, posiblemente, es el más completo de su carrera.
Aprovechando que ayer nos lo pasamos de miedo en el concierto de Alejandro Diez Garín con Cooper y que seguro que a él le entusiasma éste LP, me permito incluirlo aquí. Y, por cierto, esta noche, en Excuse Me? me lo llevo para pincharlo. Sesión Jon Gasteiz en Excuse Me? a partir de las 3 de la madrugada hasta la mañana del domingo... No estaremos en el Flamingo, pero bueno...
27- The Serpent Power - The Serpent Power (Vanguard 1967)
En plena eclosión de San Francisco, el poeta David Meltzer ingenia un grupo para dar rienda suelta a sus escritos y decorarlos con folk psicodelico de un gran nivel; junto a su compañera Tina. El resultado es un trabajo hermoso de canciones con dualidad femenina masculina que nos traen una suerte de herencia británica en contexto americano; como si Fairport Convention fueran de California, más o menos. Desgraciadamente no pasó nada con el disco y David siguió embarcado en otros proyectos, debido a su activismo político en aquella efervescencia cargada de ilusión y libertad. Pero nos queda aquél legado de su talento como músico,a demás del conocido como escritor.
28- The Peddlers - Freewheelers (CBS 1967)
Habituales de la escena mod británica, su posicionamiento jazzistico entroncaba directamente con la interpretación soulera de canciones reconocibles en otros géneros. Eran capaces de cambiar contextos a Bobby Darin, al Tin Pan Alley o a Gram Parsons, atrapando lo mejor de la canción en sí misma y dándole la vuelta en un artificio perfecto de ritmo cool, que los hacía especialmente originales.
Un piano espectacular y una voz sobria servían de contrapunto al feeling que creaban en cada uno de sus discos.
Además, su parentesco sónico con Georgie Fame o Zoot Money era una cualidad más en sus discos.
29- Al Kooper - Naked Songs (Columbia 1972)
Elegir un sólo disco del insigne Al Kooper es más que una tarea difícil, es doloroso, por cuanto es uno de esos músicos cuya excelencia supera cualquier expectativa, como creador, como intérprete y como instrumentista. Sus memorables sesiones junto a Dylan generaron un sonido único y predecesor, sus trabajos junto a Blues Project o Blood, Sweat & Tears eran esculturales, pero sus discos en solitario, regados de soul y pop a partes iguales, son monumentos al ingenio de la música americana. Yo elegiría toda su discografía como ejemplo de trayectoria sin altibajos, emocionante y sublime; pero hoy me quedo con su álbum más sensual, heredando mucho de Curtis Mayfield y dejando claro que Paul Weller esconde su influencia, para que no sea tan evidente de dónde ha sacado mucha inspiración.
Este es de los discos de esa supuesta isla desierta, aunque a mi eso de estar solo como que no me va, así que lo voy a compartir.
30- The Washington Squares - The Washington Squares (Mercury 1987)
Como no sólo nos nutrimos de sonidos muy lejanos, hoy os traigo un disco no demasiado añejo, de 1987, aunque bebe de las fuentes del pasado folk del Greenwich Village neoyorkino en la primera mitad de los 60. Tres músicos fervientes seguidores del movimiento beatnick, que se ilustraba de la Beat Generation y que se cocía en lugares como el café Wha?, deglutiendo discos de Peter, Paul & Mary, Phil Ochs, Richard & Mimi Fariña y demás cabezas parlantes de una generación contracultural que revoloteó antes de la explosión hippie. Tom Goodking, Laura Agnelli y Bruce Jay Pascow eran el embrión, pero detrás de ellos se encontraba Mitch Easter, colaborador del nuevo rock americano de los 80 y Billy Ficca, un clásico en la escena neoyorkina underground. Lo mejor de éste LP no es la nostalgia, sino las maravillosas canciones que alcanzan un nivel atemporal y que sonarán siempre perfectas. Desgraciadamente no duraron mucho tiempo más y, tras un segundo disco fallido, comparado con esta genialidad, el grupo desapareció.
Guitarras acústicas incendiarias!!
31- Doug Sahm And Band - Doug Sahm And Band (Atlantic 1973)
Como un paréntesis en la carrera de Sir Douglas Quintet, Doug Sahm reúne algunos de sus más brillantes amigos para hacer un LP supino de rock fronterizo, desértico y cargado de emociones. Bob Dylan, Dr. John, Flaco Jimenez, David Bromberg, Charlie Owens y demás fenómenos de la escena americana se encargan de manufacturar un disco bestial de aroma tejicano, ya sabéis, esa mezcla de tejano y mejicano que salpica lugares como San Antonio, El Paso o Austin.
Una brutalidad, se mire por donde se mire.
32- Caravan - In The Land Of Grey And Pink (Deram 1971)
Una de mis debilidades personales; un disco pluscuamperfecto en la encrucijada de estilos. Proveniente de la psicodelia y situado en pleno proceso de progresivo, el tercer álbum de Caravan es un alegato desde Canterbury que entronca con la herencia de amigos que, de algún modo u otro, han estado involucrados en el proceso de la banda, desde los tiempos de Wilde Flowers, con Kevin Ayers y Robert Wyatt, hasta la consecución de un grupo que se hizo emblemático de una escena, la de una pequeña ciudad universitaria cercana a Londres con acertijos sonoros tan improbables como sorprendentes, cristalizados en sublimes momentos como todos los que se encuentran en este LP.
Lo grande de este trabajo es la combinación de cosas buenas, espléndidas melodías beat agazapadas tras enjambres de psicodelia suave y arreglos progresivos, guitarras lujuriosas y teclados intensos, voces muy pop para desarrollos más sesudos. No se me ocurre pensar en otro disco mejor para describir lo más brillante de aquellos momentos. Me enamoré de él hace 35 años y sigo fiel a sus propuestas.
OBRA MAESTRA, indeed!!
33- The Strawberry Alarm Clock - Incense And Peppermints (Uni 1967)
Un icono de la aventura psicodelica americana que trasciende mucho más de lo que supuso en su momento. Hoy es un disco de cabecera de aquél movimiento socio-musical que describe a la perfección los estímulos psicotrópicos que se derraman en sus surcos. Nacidos en Los Angeles, en el barrio burgués de Glendale, pudieron fabricas esencias en forma de canciones que han acabado siendo himnos del hippismo californiano. Sus siguientes discos fueron también tremendos, pero, claro, el primero siempre es el más sorprendente y éste disco es tan redondo como contagioso, gracias a melodías excitante de pop convulso.
34- Brian Auger & Trinity - Definitely What! (Marmalade/Atco 1968)
A pesar de usurparle la fama Julie Driscoll, Brian era un teclista fundamental de la escena post-beat británica y sus discos junto a The Trinity eran bárbaros. Aunque todo el mundo reconozca "Streetnoise" como su álbum representativo, yo me quedo con esta colección de temas donde da rienda suelta a sus devaneos con el hammond; desde adaptaciones lounge de Beatles hasta composiciones propias regadas de chispa y ritmo. Y, como además era buen amigo de sus amigos, le dedica una esplendorosa oda pop a Zoot Money, otro de los mensajeros del órgano mod por antonomasia (con permiso de Georgie, of course).
Escuchad esto y sentid cómo os vais derritiendo:
35- Mary Wells - The Two Sides Of Mary Wells (Atco 1966)
Después de una intachable trayectoria en Tambla Motown, a esta dama del soul se le ocurre buscar salida a sus pretensiones como cantante de más registros; desde jazz a rock, olvidando un poco el estigma pop clásico del sello de Detroit. El único disco que publicó en Atco, la subsidiaria de Atlantic, ofrece dos vertientes de su garganta, un lado más soul, con adaptaciones singulares de Deon Jackson o Supremes, otro lado más jazzy, con una estupenda versión de "Girl From Ipanema".
Una vuisión más abierta de una vocalista mejor de lo que la gente llegó a pensar y un suculento disco con dos formas de vida sonora.
Impecable.
36- Andy Fairweather Low - La Booga Rooga (A&M 1975)
Andy era un vago tremendo, a la vez que un guitarrista singular y un compositor inspirado. Sus primeros trabajos con sus compinches de Amen Corner fueron píldoras magníficas llenas de pop adolescente y eficazmente vibrante. pero el grupo se deshizo y él comenzó a interesarse por esa colisión entre psicodelia y progresivo con el siguiente grupo al que bautizó con su apellido. Tras colaborar con Clapton y con diversos músicos británicos, que flipaban con su talento, sus pocos discos en solitario (ya os he advertido de que era muy vago) eran bestiales, especialmente éste, que no tiene ni un sólo tema por debajo de lo fantástico. Mezcla de soul, pop, disco y demás artilugios, con la ayuda de Georgie Fame, B.J. Cool, Rabbit o Gallagher & Lyle, entre otros. Muy, muy, muy 70's!!
37- The 5th Dimension – The Age Of Aquarius (Soul City 1969)
También la música negra tuvo su "Sunshine Pop" y eso ocurrió, como no, en California. Un grupo de vocalistas negros se sintieron atraídos por el Flower Power y se enfrascaron en hacer LP's redondos de magnetismo pop con tintes soul pero todo en torno al movimiento hippie. Y les salió impecable; todos sus discos son alegorías a la situación juvenil de aquél momento y las melodías elegidas eras soberbias.
Posiblemente este sea su mejor disco y además tiene el contingente "hortera" preciso para no caer en la vulgaridad pero ser asequible al gran público.
Ostras! sí que es hortera el vídeo
38- Cressida - Cressida (Vertigo 1970)
Una de las formaciones más atípicas del panorama progresivo británico. Su lirismo era tan dulce que epataba a los seguidores de aquella escena. Lógicamente venían de etapas psicodelicas, por ello su música logra unos requiebros bastante centrados en la melodía y no en las formas instrumentales que lograban aquellos otros sonidos, buscando paisajes algo laberínticos, aunque excitantes también.
Sólo pudieron hacer dos discos; éste y "Asylum", ambos formidables, aunque su debút fuera seguramente el más creativo.
39- Ian Matthews – If You Saw Thro' My Eyes (Vertigo 1971)
Un músico infravalorado, a pesar de pertenecer al elenco de insignes artistas del folk bañado en la psicodelia británica. Empezó en Fairport Convention, en sus discos primigenios, luego formó Matthews Southern Comfort, que publicó tres grandes LP's, también estuvo involucrado en un proyecto genial llamado Plainsong, con un disco que aúna conceptos country y proposiciones pop. Y, entre tantas cosa, tuvo tiempo para hacer discos en solitario realmente envolventes e intimistas; de alguna forma cercanos a los que hacía Nick Drake.
Este fue su primer album, con canciones propias y alguna versión, que adapta a su estilo de ver el pop folk de principio de década.
Una joya para dejarse atrapas y naufragan mientras la aguja se desliza en sus delicados surcos.
40- James & Bobby Purify - The Pure Sound Of Purifys (Bell 1968)
A finales de los 60 se pusieron de moda los dúos de cantantes, bien chico-chica o chico-chico (cuando eran mujeres, gustaban más los tríos). Grabando en el corazón del sur sureño, los Purify eran menos densos y sus canciones tenían el brío del pop del norte, es decir, eran una mezcla de Northern y Deep Soul.
Fantásticas voces y un pulso matemático en canciones que inmediatamente se instalan en nuestro cerebro. Cuando se ponían melosos eran capaces de derretir al escucha.
41- The Rascals - Once Upon A Dream (Atlantic 1968)
Tras un paseo vencedor por las listas de éxitos con sus primeros discos, cuando se llamaban The Young Rascals; un cuarteto de neoyorkinos haciendo soul de ojos azules. Lo mejor estaba por llegar y ahí tenían mucha influencia ciertas sustancias psicotrópicas que estaba descubriendo su líder, Felix Cavaliere. Era el paso del pop adolescente de ritmo marcadamente soul hacia una psicodelia perfumada de elementos oníricos, Lewis Carroll y mundos paralelos que mostraban armarios empotrados en habitaciones con varias dimensiones. Eddie Brigati toma entonces las riendas del asunto (antes sólo era el cantante y poco más) y crean un mundo de acertijos sonoros basado en unos arreglos exuberantes y una riqueza melódica embriagadora.
Por si fuera poco, la portada de este Lp y la carpeta interior es toda una declaración de intenciones y de una belleza delirante. Para la crítica, sin embargo, fue un paso en falso el abandonar los ritmos negros y atreverse con efluvios lisergicos. Pero es que muchas veces los críticos somos unos idiotas.
42- The Hardy Boys - Wheels (RCA 1970)
Curioso fenómeno el que se dio en los Estados Unidos a finales de los 60. Los grupos de pop que querían llegar al gran público debían tener una emisora de televisión que les empujase hasta los primeros puestos en los charts. Si eras muy rockero no pasaba lo mismo, tenía que ser todo muy Bubble Gum, muy mono y muy optimista, porque se vivía en la tierra de las oportunidades. Los Monkees tenían su programa específico, los Archies eran unos personajes de cartoon tras los que se encontraban músicos "de verdad", la familia Partridge, con David Cassidy fastidiado por su corazoncito duro, muchos de los más blanditos del flower power también estaban ahí. Y los Hardy Boys que, pese a ser personajes de dibujos animados, también eran de carne y hueso; además le dotaban a sus canciones de un semblante más... uhnm, digamos que a lo Byrds. Sacaron dos discos y eran vibrantes, perfectos y pulcros, aunque también dotados de cierto carisma ácido, por lo que se escapaban del estereotipo de grupo chicle.
43- Daddy Cool - Daddy Cool (Reprise 1971)
Unos ejemplares de cuidado, procedentes de Melbourne (Australia) y combinando sin ningún pudor sonidos antagónicos como el rock-a-billy, el soul, el country y llevando unas pintas de sureños empedernidos. Nunca tuvieron el más mínimo reconocimiento ni, por supuesto, lo buscaban; lo suyo era de ir de francotiradores por la vida, con un terrible sentido del humor, sarcástico y actitudes pendencieras. Muy sureño todo, vamos, a pesar de proceder de las antípodas.
Sus dos discos no tienen desperdicio, son divertidos, macarras, chispeantes, contundentes y hasta un poquitín horteras. Nada más cool!!
44- Tudor Lodge - Tudor Lodge (Vertigo 1971)
El sello Vertigo se caracterizó por elevar a la quintaesencia los productos que publicaba, bien por el coleccionismo posterior, bien por buscar elementos discordantes a la hora de comparar con lo que les rodeaba. Formaron parte del electo de la generación progresiva inglesa, pero quizá sus mejores logros los catalizaron el aquellos discos de folk que hoy son piezas de exquisitez made in England. Y en ese pastel se encuentra este LP, que tenía una presentación absolutamente lujosa, con desplegable, dibujos a plumilla y una especie de tríptico.
Musicalmente es un trabajo de folk pasteurizado con altas dosis de pop y acústicas pluscuamperfectas. Los arreglos de cuerda y viento son apasionados y eficaces, mientras que la voz femenina parece celestial. Con la ayuda de gente de Pentagle y Fairport Convention, la cosa no podía ser mejor. Adorables.
45- Jameson - Colour Him In (Verve 1968)
Muy pocos casos se han dado de músicos (no grupos) que han usado dos nombres distintos en sus discos, Bobby Jameson es uno de ellos, conocido también como Chis Lucey. Los dos discos que publicó con sus respectivos nombres eran tan antagónicos como provocadores; como Lucey sacó un LP titulado "Songs Of Protest And Anti-Protest" cuyo nombre ya era un sarcasmo difícil de entender para la época. Pero lo más acertado que hizo fue éste álbum con su verdadero nombre, un compendio de sunshine pop y dulce psicodelia que chocaba con el ambiente reinante en el medio oeste, ya que él era de Arizona. Desde la enigmática portada hasta cada una de las canciones que encontramos en él son odas de barbitúricos sonoros pasados por la turmix de un letrista cínico y mordaz.
46- Joe Byrd And The Field Hippies – The American Metaphysical Circus (Columbia 1969)
Cuando hablamos de experimentación, de riesgo, de proposiciones que se escapan a lo cotidiano, Joe Byrd fue un claro ejemplo de cómo sonar distinto a su época aun perteneciendo a una generación determinada. Su primera banda fue United States Of Amjerica, nombre extremadamente peligroso para un grupo de hippies, que le dedicaban una canción al "Che muerto" (no, no había muerto todavía); su disco fue una locura genial que sonará moderno por los siglos de los siglos. Pero es que luego lo volvió a conseguir con estos hippies del campo; pura investigación de las melodías, requiebros en la instrumentación, desarrollos casi imposibles y, sobre todo, un caudal de imaginación imparable.
Aunque a casi todos los discos que coloco en esta sección se les puede aplicar el adjetivo, en éste adquiere una singular representación: Obra maestra!!
47- The Incredible String Band – The 5000 Spirits Or The Layers Of The Onion (Elektra 1967)
Cuando hablamos de folk de matiz psicodelico inglés deberíamos describir cada uno de los grupos que se encuadraban en éste género. Nada tenían que ver Fairport Convention, Steeleye Span, Pentangle o los estrambóticos Incredible String Band entre sí. Estos últimos, con dos luminarias al frente, Robyn Williamson y Mike Heron, desarbolaban cualquier atisbo de folk tradicional, dándole la vuelta a todo y experimentando con disonancias, con cuerdas desafinadas a propósito y voces que parecen sacadas de alaridos discordantes. Aún así, el conjunto queda como una amalgama de música tremendamente original y sugerente.
Su segundo disco fue una prueba de fuego parea la exaltación de un folk distintivo y enrarecido, a la vez que suculento y rebosante de nuevas propuestas.
48- The Association – Insight Out (Warner Bros. 1967)
Una de las bandas más deliciosas de la escena californiana, por cuanto sus discos son fuentes de inspiración para todo el pop posterior. Todos los músicos que componían el grupo componían, cantaban y eran unos excelentes instrumentistas. Lo cierto es que es muy difícil elegir uno de los magnánimos álbumes que publicaron, todos rozan lo sublime, así que me permito elegir este Lp, especialmente por la maravillosa canción que coloco en el enlace y que, lo confieso, me deba apabullado.
Lo mejor de todo es que tuvieron un justo reconocimiento y no pasaron desapercibidos como muchas glorias sonoras de aquellos años.
Los adoro.
49- Banchee - Thinkin' (Polydor 1971)
Se utilizaba con bastante frecuencia el calificativo "Hard" para describir un tipo de psicodelia donde la guitarra se esforzaba en capturar parajes intenso y cuyas melodías no eras especialmente dulces. Banchee era una banda realmente ácida, sus dos discos dejaron esa impronta de herencia absolutamente Hendrix. Quizá su posicionamiento era marcadamente ruidista, por eso entroncaban con la generación más sofisticada del pop californiano (ellos eran del otro lado).
Su oscuridad es, además, un acicate para reivindicarlos sin tapujos.
50- Little John - Little John (Epic 1971)
De los coletazos del flower power de San Francisco nace esta banda multiforme de soul pop hippie que se podría catalogar junto a formaciones como Blues Project o, más específicamente, Pacific Gas & Electric. Su primer LP es arrollador, un muro de vientos para decorar canciones marcadamente rock, pero involucradas en terminologías negroides. Cuando publicaron un segundo disco fue como un canto del cisne, ya que ni se acercaron, creativamente hablando, a esta pequeña genialidad.
No puedo poner enlace porque no aparece ninguna canción de ellos en youtube (cosa que me encanta, que no esté todo en la puta red).
51- The Alan Bown - Listen (Island 1970)
Tras unos apoteosicos singles y ep's con el nombre de The Alan Bown Set, con una imagen mod irresistible, el grupo deriva hacia una combinación de psicodelia y progresivo para alcanzar momentos sin parangón en la música británica. No desaprovechan su inspiración soul, con un ejemplar juego de vientos, y lo tamizan todo con bastante riesgo en los arreglos, creando discos brutales. Su tercer LP recoge lo mejor de los dos mundos que revisitan, con la densa voz de Robert Palmer, que se les une con el cambio de sonido.
Ellos fueron uno de esos grupos que caminaban en la encrucijada de sonidos y postulados, abrazando cualquier sistema melódico interesante e imponiendo un criterio brillante al resultado final.
52- New Riders Of The Purple Sage – New Riders Of The Purple Sage (Columbia 1971)
Podrían ser la vertiente country de Grateful Dead, por la ayuda que les prestaba Jerry Garcia, que es casi miembro activo en éste LP. Pero realmente su misión era mezclar de forma poco purista el country con el rock clásico americano; y les salió de cine, ya no sólo en su primer álbum (éste) sino también en las fantásticas secuelas que tuvieron.
Con su pinta destartalada de hippies fronterizos, los NRPS dejaron su impronta en un mundo plagado de músicos que usaban mal el sonido country, porque ellos supieron dar el punto de innovación a una música aparentemente caduca.
53- The Kingbees - The Kingbees (RSO 1980)
En pleno revivalismo de las dos tendencias antagónicas del pasado, los Mods y los Rockers, con grupos adalides de éstos géneros recalificados (The Jam, Secret Affair o Merton Parkas de un lado, Stray Cats, The Jets o Whirlwind de otro), aparecieron estos norteamericanos que coqueteaban con ambos postulados, eran capaces de sonar endiabladamente mods con imagen rocker, o viceversa. Bueno, en realidad era una buena banda de Power Pop disfrazada, cuyos dos primeros discos eran arrolladores. Imaginad un grupo montado por Paul Weller y Brian Setzer juntos... pues eso.
54- John Fred & His Playboys - John Fred & His Playboys (Paula 1965)
Conocido algunos años después por la archifamosa "Judy In Disguise", John Fred ya era algunos años antes un joven fenómeno del garage americano. Nativo de Louisiana, se empapó de música negra, especialmente blues, en sus años de adolescencia, que le catapultaron hacia la creación de su propia banda. En su primer disco, éste, se desvela todas las ansias teenagers de los americanos de ciudades perdidas en la nada que aspiran a algo mejor. Angustia pop revolucionada con energía garagera y R&B desenfrenado. Bestial, esa es la palabra.
55- Elliott Murphy - Night Lights (RCA 1976)
Desde luego es un disco evidente, nada puedo descubrir a estas alturas sobre Elliott Murphy, pero conviene rescatar algunos momentos estelares de sonidos vinculados a lugares. "Night Lights" es Nueva York en estado puro, en un momento difícil, en absoluto adecuado para el turista, que vive ahora la ciudad como un monumental parque temático. NYC era un caudal de imaginación que nadaba entre basuras y jeringuillas, que despertaba cada mañana entre escombros humanos cargados de desolación y entre poemas escritos en servilletas de papel que se mojaban en las alcantarillas. Poetas rotos por un destino cruel. Aquellas luces de neón que centelleaban para algunos ojos enrojecidos por la desesperación y que cargaban las letras de Lou Reed, Fred Neil, Jim Croce o, por supuesto, Elliott Murphy, que hablaba sobre cadáveres deambulando sin rumbo fijo, como zombies, en las calles de una ciudad con nueve millones de almas, nueve millones de corazones rotos, nueve millones de sueños sin realizar, nueve millones de gentes que respiraban con dificultad un aire viciado por el consumismo. Algunos de ellos esperaban en la esquina, mientras llegaba el hombre del sombrero de paja, o el tipo de la pandereta... les daba a probar el pastel, estaba rico y les dejaba tranquilos por ahora, se sentían mejor que muertos, hasta mañana... pero eso es otra historia.
56- The Jacks - Vacant World (Express 1968)
La música japonesa es la gran desconocida para el mundo anglosajón, a pesar de contar con trabajos excepcionales, tan atrevidos como innovadores; muchos de ellos interpretados en japonés. Además de la generación encabezada por la Flower Travellin' Band, yo me quedo con éste LP del 68, que rezuma una psicodelia agria y desesperada, con canciones crudas y poco cercanas al concepto pop al uso. Aún así el disco pone los pelos de punta y deja sensaciones inequívocamente agridulces, con la participación de mucha instrumentación, cercana a veces al tradicionalismo del país.
57- David Ruffin - My Whloe World Ended (Motown 1969)
Vocalista de la priomera época de los Temptations, Ruffin era lo suficientemente sofisticado como para emprender una carrera en solitario que le llevó a hacer discos deliciosos donde su sensualidad se equiparaba a la de Marvin Gaye, otro de los seductores cantantes de la Motown.
Este fue su primer LP, un disco carnoso en canciones de amor y desamor, en las cuales se volcaba con esa febril agudeza en su garganta.
Uno no puede más que sucumbir cuando dice aquello de: "mi mundo entero acabó cuando tú me dejaste".
Sublime
58- Grin - Gone Crazy (A&M 1973)
Uno de los instrumentistas más reclamados en los años ochenta, como guitarrista especialmente, llevó una impecable carrera en solitario, a pesar de no ser reconocido en su justa medida. Nils Lofgren comenzó con su banda Grin a principios de los 70, se dice de ellos que eran como Cream pero en americano. Sinceramente, yo no lo veo así, Lofgren tenía una base menos bluesy y mucho más californiana, lo que ocurre es que su guitarra era poderosa y coqueteaba con instintos de hard rock en más de una ocasión, de ahí la comparación. Su mejor LP fue el cuarto y último, a punto de avanzar ya en solitario.
59- Daevid Allen - Bananamoon (Virgin 1971)
Lunático empedernido y creador de la primera formación de Soft Machine, éste australiano errante tuvo que emigrar a Francia porque su visado caducó y le expulsaron de Inglaterra. Durante algunos años estuvo viviendo en la Normandía y fabricando Camembert eléctrico, es decir, queso con setas alucinógenas. Todo un personaje en aquellos tiempos de Gong (otra de sus formaciones).
Convencido por su gran amigo y antiguo compañero en Soft Machine, Kevin Ayers, recaló en Mallorca, paraíso hippie junto a Ibiza, en una incomprensible tolerancia del régimen fascista español. Allí grabó este álbum, casi precursor del punk, a pesar de que, ideológicamente, estaba en las antípodas. Junto a un buen montón de alucinados, isleños y británicos, hizo esta algarabía de imaginación y glorioso atrevimiento, de los que hay pocos. Todavía se escucha vigente y sorprendente, además de procurar viajes astrales al fondo de la mente.
60- The Barry Goldberg Blues Band - Blowing My Mind (Epic 1966)
Formaba parte del elenco de músicos judíos que se movían por el Village neoyorkino. Era un intelectual que despertaba admiración por todos lados, ya que era un instrumentista espectacular, además de gran compositor, por no hablar del lado romántico de su personalidad. Un tipo querido por todos, en otras palabras. A pesar de basarse en la terminología "Blues", él no bebía sólo de un tipo de sonido, era increíblemente abierto. Su primer LP es un compendio de lo que se escuchaba en los cafés del barrio beatnick de Nueva York, poblado por seres brillantes como John Sebastian, Phil Ochs, Fred Neil, Dylan y un buen número de mentes privilegiadas. Barry era una de ellas y cualquiera de sus discos de jewish rock es un impulso de pasión irrefrenable. Ayudado por Charlie Musselwhite o Harvey Mandel, palabras mayores.
Con sólo escuchar la canción que sirve de título al álbum, uno no puede por menos que echarse a temblar.
61- Autosalvage - Autosalvage (RCA 1968)
La peculiaridad de la escena psicodelica de Nueva York residía en un complejo entramado barroco del que carecían los grupos de otros lugares de los USA. Autosalvage estaban en la misma constelación que The Left Banke, aunque quizá eran un poco más ruidistas, lo cual estaba francamente bien, ya que mostraban a su vez su filiación con la ciudad que les cobijaba. Cómo sólo pudieron publicar este magistral disco, nunca sabremos a qué nivel podrían haber llegado, pero intuimos que era una banda de mentes avanzadas en la música y que sus desarrollos eran parte de la experimentación y algarabía que palpitaba en sus cerebros.
62- The Rockin' Berries - In Town (Piccadilly 1965)
El encanto efímero de beat inglés era sinónimo de jóvenes inquietos que habían despertado sus instintos con grupos americanos de Rock 'n' roll; había grupos por todas partes, ciudades como Londres, Liverpool, Manchester o Birmingham se llenaban de nombres que, a veces, sólo hacían unos conciertos y se separaban. Todo fue eclipsado, en cierto modo, por el suceso internacional de los Beatles, Hollies, Animals, Kinks y tantas formaciones implacables de beat irresistible. Pero existían miles de bandas fantásticas en esa segunda división que nunca llegaron a lograr impactos como los de aquellas otras. The Rockin' Berries eran bárbaros, con talentos en la composición como John Carter, un auténtico hitmaker. Una delicia, sin duda, para días en los que necesitas un impulso de optimismo.
63- Aorta - Aorta (Columbia 1969)
El área de Chicago estaba rebosante de grupos que habían experimentado con la psicodelia y que se estaban transformando en busca de otras vías de sonido. No era exactamente lo que ocurría en Inglaterra con el rock progresivo, pero sí se establecía un parámetro similar a las bandas de hard rock que nacieron bajo el amparo de los protozoos y que generaban un ambiente más duro, especialmente tras la aportación hendrixiana a la guitarra. En ese concepto estaban los irresistibles Aorta, cuyo primer Lp es un alegato irreverente de letras angustiosas y guitarras enérgicas y elaboradas al mismo tiempo. Pese a que no pudieron continuar con el mismo nivel en su segundo álbum, su debut fue un espectáculo de riesgo ácido, aunque postrero y casi inaugurando ese nuevo espectro del que hablaba antes.
64- Eric Quincy Tate - Eric Quincy Tate (Cotillion 1970)
Apadrinados por Tony Joe White, coincidían con él en ese entramado de blues sureño empapado de agua pantanosa, pero con algunos toques de soul. Su primer LP reflejaba un sentir profundo del sur, implicados en la influencia negra y la fuerza blanca, pero sin ser excesivamente altivos, como unos Lynyrd Skynyrd o Black Oak Arkansas; desde luego no alardeaban de testosterona como aquellos, lo suyo era una combinación de su mentor, TJ White, junto a concomitancias con los hermanos Allman. Como tampoco tuvieron excesiva suerte, se diluyeron en un segundo disco sin pulir, pero dejaron éste primer trabajo cargado de calidez y sudor.
65- Beacon Street Union - The Eyes Of Beacon Street Union (MGM 1968)
En plena explosión del stereo, como sonido de alta fidelidad, esta gloriosa formación de Boston grabó éste LP en mono, porque así se reflejaban las confluencias de su sonidos en los dos canales al mismo tiempo y no dividía la instrumentación según el lugar donde el escucha se acercaba; vamos, que lo hicieron a posta, para entendernos.
Siempre que se habla de psicodelia americana acabamos buscando en los caminos de California, pero la riqueza que ofrecía una ciudad pequeña como Boston, a seis mil kilómetros de distancia (o más) de la florida San Francisco, era exuberante y repleta de bandas que pasarán a la historia del riesgo en la cultura pop americana. Y además, éstos se llamaban como una de las zonas más hermosas de la ciudad.
Que barbaridad de disco, pardiez!
66- The Blue Things - The Blue Things (RCA 1966)
Como la gran mayoría de grupos influenciados por la llamada "invasión británica", también había una gran cantidad de bandas que añadía a Bob Dylan como su referente habitual. Al unísono en ése enclave se encontraban los Byrds, los Beau Brummels y los Blue Things, liderados por un alma atormentada, compositor de letras angustiosas y de melodías envolventes. Este fue su único LP como grupo, luego Val Stoecklein, que es como se llamaba este apesadumbrado muchacho, llevó una intermitente carrera en solitario, con alguna obra maestra de gran nivel ("Grey Life"). Pero me quedo con su primera entrega en forma de banda, con canciones compuestas por ellos y alguna excepcional adaptación dylaniana.
67- Barry Ryan - Barry Ryan Sings Paul Ryan (MGM 1969)
Tras un LP como The Ryans, Barry inicia una carrera en solitario valiéndose de las creaciones de su hermano Paul, que prefiere la labor de compositor, dejando al frente a su hermano. Y consigue un enorme éxito con "Eloise", algo que le conmina a ser un músico atado a una canción de por vida y eso le perjudica, sino en el bolsillo, ya que le trae una constante remuneración por ventas, sí en la realidad de que hay grandes canciones en sus álbumes, además del hit. Su primer disco está cargado de melodías cristalinas, algo bizarras algunas y epopéyicas casi todas, con una enorme carga de emoción, algo de exageración y un punto barroco que casi casi inaugura el Glam.
68- Bonzo Dog Doo Dah Band – Gorilla (Liberty 1967)
Procedentes de3 la escuela de teatro independiente de Liverpool, amigos muy íntimos de Lennon y McCartney, Vivian Stanshall y Neil Innes estaban involucrados en territorios donde se movían Monty Python, que colaboran asíduamente con ellos. En su primer Lp hay una extravagante mezcolanza de jazz, pop, blues, rock-a-billy, music hall y un indeterminadio número de músicas que se yuxtaponen al sentido del humor corrosivo de estos británicos. Un disco terroríficamente divertido, con mucha crítica al sistema británico, al imperialismo y a los modos de vida de los "gentlemen". Muy parecido en esencia a lo que hacía Ray Davies con Kinks o los turulatos encantadores de Scaffold. Sigue siendo un disco revelador, sugerente, divertido y bizarro.
69- Ora - Ora (Tangerine 1969)
Una de las joyas más deleitables del pop inglés, tintado de fina psicodelia y algo de sonido Canterbury. Cuando se escucha hoy día se descubren esencias modernas que bien podrían haber estado en la implicación de andaduras indies; pero no, éste disco pertenece a casi cuatro décadas antes y es un tratado admirable de melodías con climax que te envuelven y descubren mundos sónicos oníricos.
A pesar de ser unos cuantos amigos, de carácter universitario, sus grabaciones son tan profesionales que no se descubren errores ni naufragios en arreglos.
Una pequeña porción de paraíso envolvente.
Y hasta aquí los primeros 69 discos. En unos días habrá continuación, desde luego.
Que les saquéis jugo!!
Un abrazo
Juan Vitoria